Hay conductores que, si pueden, pasan una de las ruedas por la zona dañada donde falta una lámina mientras que hay otros que siempre superan este obstáculo con ambas ruedas. Este último caso es el recomendable y apropiado para que el daño sobre el vehículo sea el menor posible.
¿La razón? Cuando el coche se apoya sobre la totalidad de los neumáticos, el peso se reparte sobre toda la superficie y el impacto sobre los amortiguadores y la suspensión es el mismo. En el caso contrario, cuando solo un neumático de cada eje supera el badén, lo que se está produciendo es un desequilibrio en el anclaje de la suspensión ya que sólo se eleva un muelle y un amortiguador.
Las consecuencias a largo plazo de esta práctica, habitual en muchos conductores, supone que las barras estabilizadoras que mantienen "recto" el vehículo, se inclinen mucho más en las curvas. A esto se suma un deterioro diferente en la suspensión del coche, lo cual supone un riesgo en la conducción.
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