Cuando pensamos en nuestro coche y su mantenimiento, normalmente nos fijamos en aspectos como los filtros del aire, aceite, neumáticos, pastillas de freno o escobillas. Pero en la gran mayoría de las ocasiones, nos olvidamos de aspectos como el sistema de suspensión del coche. Por eso, hoy queremos que conozcas más información sobre el tema y algunos consejos sobre este sistema de suspensión del vehículo. ¡Sigue leyendo!
Qué es el sistema de suspensión del coche
Antes que nada, queremos que tengas muy claro de qué vamos a hablar. Cuando nos referimos al sistema de suspensión del coche, hablamos de una serie de elementos mecánicos que unen la parte suspendida del vehículo con la superficie rodante.
La finalidad del sistema de suspensión es la de absorber las irregularidades del terreno y asegurar que los neumáticos estén en contacto continuado con la carretera, posibilitando que el coche ofrezca una mayor adherencia.
El sistema de suspensión también permite corregir las transferencias de masas cuando llevamos a cabo acciones de frenada o giro, siendo fundamental para la estabilidad del vehículo.
Aunque siempre se piensa en este sistema como un medio de confort, debes tener claro que es un elemento fundamental en la seguridad del vehículo, que conforma el denominado triángulo de seguridad del coche junto con los neumáticos y frenos.
Elementos del sistema de suspensión del coche
Un sistema de suspensión está compuesto por un conjunto de elementos que hacen posible que cumpla su función. Cada uno de ellos, tiene una determinada utilidad y permite que el resto del sistema pueda desempeñar adecuadamente su labor. Así, los principales son:
- Muelle. El primero de los componentes que nos encontramos es un sistema elástico. Normalmente se trata de un muelle, aunque algunos fabricantes y según el modelo, lo sustituyen por una barra de torsión o ballestas. El objetivo de este muelle es unir la zona de rodadura con el resto del vehículo, recoger las irregularidades del terreno y absorberlas para evitar deformaciones. Estos muelles normalmente están fabricados en acero y en función de su tensión, serán capaces de ejercer una determinada fuerza.
- Amortiguadores. La principal misión del amortiguador de un vehículo es la de reducir las oscilaciones que se producen en el elemento flexible (muelle, barra de torsión o ballesta), oponiendo resistencia a la compresión y extensión de los mismos. El amortiguador trabajará para limitar la velocidad de ascenso del muelle y para evitar el denominado efecto rebote.
- Brazos de suspensión. Se trata de elementos articulados que están situados sobre el chasis del vehículo y cuya principal función es soportar el peso del automóvil a través de la suspensión.
Además de estos elementos que son considerados los principales en el sistema de suspensión del coche, existen otros de menor relevancia como los denominados silentblocks (elementos aislantes), rótulas, mangueta, buje o tirantes de suspensión.
Recomendaciones para detectar problemas en el sistema de suspensión
Como ya has visto, la suspensión está conformada por un grupo de elementos variados, que cumplen una misión determinada. El correcto funcionamiento de la suspensión depende de que todas estas piezas también funcionen de manera adecuada. Pero, como el resto de componentes de un coche, el sistema de suspensión también se deteriora y sufre desgaste con el paso del tiempo o los kilómetros recorridos; además de otros factores como el clima o el estilo de conducción. En ese sentido, ¿cómo se pueden detectar posibles problemas en el sistema de suspensión del coche?
1. Fíjate bien en los neumáticos de tu coche. Si observas que existe un desgaste asimétrico, se tratará de un claro problema en los amortiguadores del vehículo. Asimismo, si al conducir sientes que existe un efecto rebote de los neumáticos sobre el pavimento y se produce algún ruido; es probable que se deba a un problema con la suspensión.
2. Presencia de manchas húmedas de aceite en los amortiguadores. Esto se suele deber a alguna deficiencia en el sistema de suspensión y con el paso del tiempo, esas manchas se pueden convertir en suciedad o incluso tierra.
3. Vibraciones en el volante. Si esto te sucede, es muy posible que la amortiguación delantera no se encuentre en buen estado y será recomendable que acudas de manera inmediata a tu taller de confianza.
4. Rebote acentuado. Si al conducir notas que el coche rebota en exceso, posiblemente se deba al desgaste de los amortiguadores producido especialmente al conducir por zonas con asfalto en mal estado.
5. Suspensión muy dura o excesivamente blanda. Esta es una manera fácil de saber si tienes un problema con el sistema de suspensión del vehículo y se nota si al conducir, sientes una incomodidad excesiva al realizar determinadas maniobras como girar.
¿Has notado alguno de estos síntomas? Entonces ha llegado el momento de hacer una revisión del sistema de suspensión de tu coche. Recuerda que estamos hablando de un elemento fundamental para la seguridad en carretera que debes cuidar y conservar en perfectas condiciones y, aunque no podemos evitar su desgaste, sí podemos asegurarnos de que siempre se encuentre en las condiciones más óptimas para circular de la forma más segura posible.
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